miércoles, 10 de octubre de 2012

Mardin

and it's true stones have become poems here...
encaramada en la cima de una montaña y con sus paredes de barro, inconspicuas casi, uno ni diría algo así puede tan siquiera existir, pero acércate, y veras los portales, pórticos, arcos, façadas, barandas, cúpulas.. tal vez lo más bello es que se puede volver uno con la montaña....

una sinfonía de arte, y una sinfonía mezclada. Una ciudad donde las torres minarets de las mezquitas y las torres campanarias de las iglesias se alzan por igual al cielo, cada una con su estilo, cada una con su fervor. Muchas mil civilizaciones pasaron por aquí, y lo hermoso fue que cada una dejó su huella
y lo más bello fue que la siguiente civilización no destruyó lo anterior. Grande el cocinero que se da cuenta que cada ingrediente le añade sabor a la sopa, ¿no? :)
me recuerda todo un poco a Noto, aquella poesía en Sicilia , o será que Noto me recuerdaba a Mardin?



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