sábado, 11 de agosto de 2012

chai bahcesi

4 de la tarde y el viento sopla. No se ve a nadie en la calle, pero pon un poquito de atención y por entre árboles, bajo su sombra, medio escondidos, andan los clientes del Jardín de Té (Çai Bahçesi) cada uno con su grupito, ya sean dos o seis;cada uno con su jueguito, sean cartas, ok, tabla; y cada uno, por supuesto, con su propio estilo...
¡como es que el tiempo vuela entre jugadas y bocanada de humo!
y ¡Qué bien sabe aquí el té!!

ya llevo un buen par de horas por aquí  y se me figura, este humilde jardín, un gran tablero de Karpov: cada mesa a mi alrededor, cada comensal que por aquí pasa, cada mujer que de cuando en cuando pasa a llamar a su marido, todos y cada uno tienen su posición y su función. Yo me arriesgo a adivinar cuales son las de los niños:
el futuro capo; ese q mira con atención cada jugada en cada mesa y de cuando en cuando se atreve a sugerir una movida;
el capo frustrado; ese q hace casi lo mismo pero a cada sugerencia es mandado a callar;
el mandadero; ese q con su bici va y viene, llevando y trayendo encargos desde cualesquier esquina del pueblo hasta y desde aquí;
el amiguero; ese que va de mesa en mesa saludando a sus "tíos";
el niño bueno; ese que viene en busca de su papá por encargo de su mamá;
el futuro dueño; ese que ayuda desde ya con las mesas y los pedidos;
el suertudo; ese al que los tíos le estiran las manos llenas de dados para que les sople la buena suerte.....

y el tiempo sigue pasando
y al pasar todo pone en movimiento: el sol, en su camino a morir a la mar, mueve las sombras ya predispuestas y con estas sombras nos movemos también nosotros, pareciéramos sillas musicales. ¡Qué juego de niños!

Llega una moto, dos palomas se van volando, el conejo se esconde tras la pileta de agua... tanto movimiento y uno muriéndose de calor.....

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